Amor, pasión y vocación es la esencia de los Maestros
Publicado el: 2025-01-15 08:47
Los maestros, docentes, profesores, como querramos llamarlos, son parte fundamental de nuestras vidas, ya que se encargan de la formación desde nuestros primeros pasos en la educación.Los maestros nos guían a lo largo de todo nuestro aprendizaje, son los que nos ayudan a descubrir nuestro potencial, a mejorar nuestras habilidades, creer en cada individuo y nos impulsan a lograr las metas académicas que dan paso a la ocupación de oficios y profesiones.
Amor, pasión y vocación
El ejercicio profesional de los maestros en Venezuela se sostiene gracias al amor, pasión y vocación; amor por los niños, pasión por la educación y vocación por la enseñanza. Con estas palabras definen esta noble labor las docentes del Centro de Educación Inicial «Irma Sáez Mérida de Grisanti».«La educación es una rama muy amplia y esta experiencia de trabajar con niños de preescolar es maravillosa, se tiene que tener amor por lo que haces, si tu trabajo lleva la palabra amor por delante, todo te va a salir maravilloso y más cuando trabajas con niños», detalló Neritza Rivas, maestra de preescolar.
Historias de maestras maturinesas
Cada una de estas profesionales de la enseñanza trae consigo interesantes historias de cómo surgió ese amor por la educación. Mientras que algunas desde pequeñas tenían claro su camino, otras sin sospechar de su destino, fueron encaminadas a ser parte de la vida de los niños. El caso de María Fagúndez, directora de Educación del estado Monagas, ente adscrito a la Secretaría de Desarrollo Social de la Gobernación de Monagas y vicepresidenta de Mujeres en Formación, es un ejemplo a seguir. María cuenta cómo su simpatía por esta labor comenzó desde su etapa escolar.
Por este motivo, recuerda con cariño sus años de primaria en la escuela U.E. “José Ángel Meza Verde” de Maturín, de cómo expresaba sus ganas de ser maestra en el futuro. Gusto que se mantuvo hasta su edad adulta cuando logró convertirse en Maestra de Educación Integral en el Pedagógico de Maturín. Además de ser una apasionada de los niños.
«Me encantan los niños. Para mí son los más grandes del mundo, sé que todos debemos querer a los niños pero yo soy apasionada de los niños y niñas, para mí ellos son intocables, los amo», expresó.Pasión por la profesión
De igual manera, expresó su pasión por la educación y la importancia de tener vocación por lo que se hace.
«Tengo pasión por esta profesión, porque a veces agarrar esta carrera por salir del paso y no es eso. Todo docente debe tener esa vocación, en esta carrera tienes que saber que cada cabeza de los niños es un mundo y tienes que saber cómo llenarte de alegría con esos niños, para reforzar la educación que ellos traen desde sus casas», comentó.
Así como el gusto de algunos comienza por la infancia, otros creen que ya la educación viene de la genética, en vista de que vienen de familias en donde la pedagogía es común entre sus miembros.
Educación en la sangre
«Esta carrera ya viene en la sangre, en mi familia todos, en su mayoría son docentes. Estudié una carrera pero no congeniamos, luego decidí dedicarme a la educación inicial, se me dio la oportunidad por medio de un enlace y gracias a esa gestión que en su momento estaba y se dio la oportunidad, agradecida a Dios por mi trabajo y caí en el mejor de los colegios», relató Patricia Gallardo, maestra de educación inicial con seis años de experiencia.
Los niños son la motivación
El amor y trato con los niños son las principales motivaciones de la mayoría de estas profesionales de la enseñanza infantil, quienes relatan con mucho cariño su convivencia con los pequeños y su manera de abordar sus diferentes personalidades.
«Es muy bonito tratar con niños, siempre sentimos su afecto. Cada uno es distinto, entonces ellos son los que te dicen cómo los debemos tratar. Esta es una carrera de pasión y vocación», detalló Aymara Veliz, educadora con tres años de experiencia.
A pesar de la vocación que puedan tener con respecto a esta labor, la retribución económica siempre es un factor que siempre está presente, debido a que moldea la forma de vida de estos educadores y ayudan a enfrentar con una mejor actitud el día a día, es por ello, que Priscilla Ilarraza espera que este nuevo año traiga consigo mejoras en el salario de todas estas personas que se encargan de la educación infantil.
«Espero que los docentes sean tomados en cuenta en este nuevo año, en relación al sueldo y la salud, que es lo primordial. Mis hijos me motivaron a ejercer esta carrera, quería que tuvieran una buena educación, además me gustan los niños, ellos se pegan bastante conmigo», deseó Priscilla Ilarraza, maestra con 11 años ejerciendo como educadora infantil.
¿Por qué se conmemora el Día del Maestro cada 15 de enero?
El Día del Maestro se conmemora cada 15 de enero en Venezuela, efeméride que tiene su origen en el año 1932, cuando un grupo de trabajadores de la enseñanza iniciaron una lucha por sus derechos laborales y por el mejoramiento del sistema educativo. En ese día se fundó la Asociación Venezolana Maestros de Instrucción Primaria.
Este año 2025, en Maturín esperan realizar la habitual misa para celebrar a los maestros en su día, además de diversas actividades recreativas.
En la actualidad, los profesionales de la educación en Venezuela enfrentan carencias en cuanto a material didáctico para el buen ejercicio de sus labores, así como también en las infraestructuras de los planteles, sin embargo, la principal queja es acerca del salario recibido.
Cabe destacar que los maestros reciben ayudas materiales como zapatos, bolsas de comida y bonos adicionales.
Importantes maestros venezolanos
Algunos maestros importantes en la historia de Venezuela son: Simón Rodríguez, Andrés Bello, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Cecilio Acosta, Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, Flor Ferrer Ornés de Singer y Domingo Irwin Gaffaro.
Ellos fueron grandes maestros que han dejado una huella importante en la historia de la educación en Venezuela. Nombres que hasta la fecha siguen siendo enaltecidos y recordados en cada rincón de nuestros países.
Fotos: Osmel Rodríguez